Catemaco, lugar mágico
Hoy me volví a
acordar de ti linda jarocha y de aquel lugar donde te conocí. Entonces me invadió un
sentimiento de añoranza de aquel lugar mágico, de aquellas montañas que escoden
varios relatos de seres sobrenaturales.
¡Oh! como extraño tu imagen junto aquel
paisaje; ese verano tan sublime en que te vi entre el follaje de rosas y flores que
ataviaban aquel singular restaurante a orillas de la hermosa laguna de Catemaco.
Aquello se volvió perfecto para mí, era el amanecer de un nuevo día de aquel
placentero viaje por Veracruz. El sol se imponía en medio de las nubes y a lo
lejos las montañas con sus verdes laderas rodeaban la radiante laguna. La vista
suntuosa animaba aquel viaje fantástico por Veracruz. Luego llegó el desayuno y
pasé a sentarme al comedor donde me esperaban unos exquisitos
huevos a la mexicana.
Habrá sido el
lugar, que era espléndido, o quizá fue tú enternecedora figura que procuraba
observar de vez en cuando mientras comías unos chilaquiles rojos; pero debo confesar que aquél desayuno lo cuento entre mis mejores recuerdos de ese bonito estado llamado Veracruz.